Que casi un
año después de “Sandy”, familias afectadas continúen ingeniándoselas para
evadir los aguaceros o el fortísimo sol, es triste, pero inevitable: 15 889
casas no se construyen en un año, ni se reparan 171 380 en tan corto tiempo.
Esa es la
herida que agudizó el meteoro de octubre último, cuando puso al descubierto el enorme
deterioro del fondo habitacional en que viven miles de familias en barrios insalubres,
que surgieron y se expandieron ilegalmente por toda la ciudad.
“Las pérdidas
fueron tan cuantiosas que a 11 meses del ciclón, todavía faltan por solucionar
las afectaciones del 54% de los damnificados. Hasta la fecha solo se ha
resuelto el 8%
de los derrumbes totales”, dijo a Alfredo Torres Díaz, director provincial de
la Vivienda.
La necesidad
de proporcionar a cada familia una vivienda digna, ya con patrocinio estatal o
por recursos propios, obliga a transformar las capacidades constructivas de
esta provincia que, “a mucho reventar”, podía erigir unos 1 400 inmuebles al año.
El
reto, tiempo y cifras
Santiago de
Cuba ejecutará en poco menos de una década más de 29 000 viviendas destinadas
solo a los damnificados y a la eliminación de barrios insalubres. Según el titular
de Vivienda, el 87% de los domicilios previstos se edificarán en la Ciudad
Héroe. Para alcanzar esta cifra, que llevaría 20 años en las condiciones
actuales, se utilizan -por primera vez para viviendas- los sistemas constructivos
Forsa y Vhicoa, que permiten realizar una gran cantidad de casas en corto plazo.
Ya en áreas de
los centros urbanos José Martí y Abel Santamaría se ha comenzado la construcción
con estas tecnologías. “El sistema de formaletas de aluminio, conocido por
Forsa, consiste en moldes de aluminio conjuntamente con mallas electrocortadas que
sirven de refuerzo a las paredes. Dichos moldes se encofran y se funden de
hormigón, lo que permite levantar de forma rápida y fácil edificios de cinco a
20 niveles”, precisa el ingeniero René Jiménez Espinosa, contratista de obra de
la Empresa de Servicios de ingenieros del MICONS.
Asimismo, esta
tecnología se ajusta a las condiciones sísmicas del territorio y posibilita erigir
la estructura en un período de dos meses, resultando la etapa de acabado la más
demorada.
Se estima que
en 18 meses -para finales de 2014- se hayan terminado los primeros 28 inmuebles
Forsa, 560 viviendas en total. Por otra parte, “la modalidad Vhicoa, consiste
en estructuras metálicas livianas, cuyos entrepisos son fundidos en el lugar y las
paredes exteriores se edifican con bloques y ladrillos. En el interior las
divisiones se realizan con panelería ligera”, explica el ingeniero civil,
Rafael Cordoví Andino, contratista a pie de obra de la Empresa de Servicios de
Ingeniería y Diseño de Granma, que labora en uno de los asentamientos que se
construyen en Micro 3 del Abel Santamaría.
Además,
continuarán empleándose los sistemas constructivos de pre-fabricado Gran Panel
y Sandino, de Cometal y las Petrocasas, que por primera vez serán de
dos niveles,
como alternativa a las limitaciones de espacio para levantar nuevas viviendas.
La
construcción de casas fuertes y confortables demanda costosos recursos y mucho
tiempo. El que intentan aprovechar al máximo las brigadas de apoyo de otras provincias
e incluso de países hermanos como Ecuador.
Transformar añejos problemas
El huracán
Sandy sin dudas puso al descubierto las carencias y deficiencias de la
industria de la Construcción en el territorio. Ante las nuevas circunstancias,
los propósitos de beneficiar al pueblo han chocado con añejas verdades: Santiago
de Cuba ha tenido por años una bajísima producción de áridos, deficiente
tecnología para procesar hormigón y un arsenal de equipos insuficiente para
ejecutar las obras simultáneamente.
De ahí que hoy
sea una prioridad ampliar y modernizar la industria de materiales de la construcción,
mediante el montaje y puesta en marcha de tres nuevos molinos de áridos e igual
número de plantas productoras de hormigón conocidas como bachimplanes.
“En estos
momentos, de los tres bachimplanes, todos de tecnología China, donados por la
República Bolivariana de Venezuela, ya está produciendo el instalado en la
unidad de Santiago 2. Los próximos se van a ubicar en el Micro 3 delAbel
Santamaría y en la zona de la Risueña en Micro 10”, comenta a Miguel Ángel
Benavides, director de la Empresa Productora de Prefabricados Santiago.
“La provincia
hasta la fecha –prosigue Benavides- tenía en explotación uno de tecnología
italiana, muy golpeado por la carencia de piezas de repuesto y otro de tecnología
soviética del año 1963, que se mantiene activo con remiendos e innovaciones. Por
lo cual no ha sido posible la constancia en el suministro de hormigón.”
Esa es una
tendencia que debe desaparecer con la puesta en funcionamiento de los nuevos
bachimplanes, los que duplicarán la producción actual de la preciada mezcla.
El mencionado
proceso inversionista también rinde frutos en la zona conocida como Los Guaos,
donde se instaló un molino de piedra y se desmantela otro, con equipamiento obsoleto,
para iniciar el montaje de una tecnología china superior en capacidad y celeridad
de la producción. Entre los múltiples beneficios que reportará la inversión,
está un mayor ahorro energético, la obtención con mejor calidad de distintos tipos
de piedras y arena, así como el aprovechamiento del agua utilizada.
El molino de
tecnología sueca -ya en fase de prueba y puesta en marcha-, procesará rocas
provenientes de una cantera cercana, poco común en el país por la dureza de la piedra,
óptima para la construcción, informó el ingeniero Cristian Cuba Rodríguez, subdirector
de mantenimiento industrial de la empresa de Materiales de la Construcción.
Apenas
comienza el programa de construcción, y el incremento de las producciones precisará
del aumento y mejor aprovechamiento de camiones, trompos y otros equipos para
sostener el ritmo de ejecución de las obras.
El propósito
de esta primera etapa es sumamente ambicioso para un país como Cuba, aun cuando
se potencien las capacidades productivas de la industria. Por eso, a nadie le
extrañe que surjan recias dificultades para su consecución.
El trabajo
pendiente es arduo, los empeños están dirigidos a ejecutar plenamente el plan inversionista,
para una vez asegurado el corazón de la industria, continuar sin impedimentos la
edificación del futuro de esta ciudad. Solo así podría sanar una herida a la que
“Sandy” arrojó sal.
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