Su esencia




Ya una vez les hablé de ella. Ahora le dedico nuevas líneas porque la ocasión lo amerita. Ayer Zaida, el Ada Madrina que una vez entró a mi corazón y desde entonces no ha vuelto a salir, celebró entre familiares y amigos un nuevo aniversario de vida.

Pero más que del cumpleaños y de como pasó el día, prefiero hablar de su esencia, esa que la hace inigualable, especial, auténtica y única.

Ella es una mujer delicada que conserva, pese a los años, los encantos de una fémina fascinante, atractiva y de mucho carácter. Gusta del vestir elegante pero sin extravagancias, de escuchar la radio en complicidad del sosiego, de conversar sobre cualquier tema y de los buenos modales.

Solo sus nietos e hijos pueden dar fe de su fibra como excelente abuela y mejor madre, pero si de algo estoy seguro, es que esos roles para ella han sido tan trascendentales como el de ser esposa, prima, amiga…porque Zaida está hecha para amar, dar cariño y afecto.

Sencilla, luchadora, honrada y fiel como tantas mujeres de esta tierra, pero genuina por ser una de esas damas del detalle.

Pocas veces he visto a alguien tan atenta como ella, capaz de recordar las fechas importantes de las personas que significan algo en su vida. Magnánima con los que menos tienen aun sin ser la que más recursos, ni dinero posea. Impresionable con tan solo un gesto de nobleza y desinterés, al punto de llorar por una flor, un poema, una foto, un pañuelo o sencillamente por una palabra.

Su corazón pese a la debilidad de los años late con la esperanza de ver a sus seres queridos realizados y felices.

Conocerla fue una bendición de la vida, porque rodearse de personas como ella, con tanta cultura y amor para regalar, te llena el espíritu y te hace soñar, creer en la vida y te ayudan a crecer.

A Zaida pudiera compararla con una bella flor, con la fragancia del más dulce perfume, con el color más tierno, con la pureza del aire, con la suave brisa del mar, con la transparencia del agua y con cuantas cosas maravillosas puedan existir, pero yo simplemente lo haría con la pureza de su mirada, esa que siempre recordaré hasta el fin de mis días, porque hay personas que te marcan para toda la vida. Ella es una de esas personas.


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