Prueba de aptitud de periodismo en el filo de la navaja


Cuando a principios de año el Ministerio de Educación Superior (MES) consultaba eliminar las pruebas de aptitud para el ingreso a la Universidad, muchos fueron los criterios a favor y en contra que se suscitaron entre estudiantes, profesores y familiares.
Como resultado de ese proceso, actualmente quedan con requisitos adicionales, siete carreras universitarias de las 37 que existían anteriormente con tales exigencias. Una medida que -según el ministro de Educación Superior, Rodolfo Alarcón Ortiz- continúa flexibilizando el acceso a los estudios universitarios y ofrece a los jóvenes, la oportunidad de adquirir las cualidades necesarias para el ejercicio de la profesión en el transcurso de la carrera.
Afortunadamente, Periodismo fue una de las disciplinas que logró escapar de la drástica decisión. ¡Sí, afortunadamente!, porque en esta especialidad las aptitudes son fundamentales y no siempre un buen índice académico es sinónimo de una óptima preparación. Así lo corroboran los resultados de la prueba de aptitud realizada recientemente en la Universidad de Oriente.
Allí, aún cuando examinaron 86 estudiantes de seis municipios santiagueros, con más de 95 puntos de índice académico, la falta de preparación evidenciada, en sentido general, por los aspirantes sorprendió a los periodistas que fungimos como tribunal.
Tanto como ver el llanto incontenible de algunos estudiantes, ante la severa decisión de no permitirles examinar, por concurrir a la prueba sin el carné de identidad, un requisito obligatorio para el tribunal poder corroborar, que es la persona inscripta y no otra, la que se evalúa.
Incidentes como este pudieran ocurrirle a cualquier estudiante que opte por una de las carreras universitarias, motivo por el cual se hace necesario un trabajo más efectivo de los secretarios docentes en cada centro escolar.
El examen de aptitud de Periodismo tiene tres fases y la primera suele ser la más temida. Esta, evalúa la cultura general integral del estudiante a través de un cuestionario con preguntas de todo tipo. Solo los que  demuestren con un alto porcentaje de acierto, estar informado de los sucesos más actuales, conocer de su entorno y dominar los contenidos recibidos en las materias de estudio, avanzan a la próxima instancia.
Sin embargo, en esta ocasión que los requisitos para optar por la carrera fueron más rigurosos, las calificaciones no fueron satisfactorias, aún cuando 11 de las 25 preguntas estuvieron relacionadas con asignaturas que se imparten en el preuniversitario, dígase Historia de Cuba y de América, Matemática, Español, Biología, Química y Geografía.
Además, otras siete se vinculaban a noticias de actualidad referidas al deporte, los Cinco Héroes, el reordenamiento económico del país, el discurso del presidente Raúl Castro ante la Asamblea Nacional del Poder Popular el pasado mes de julio y a la reciente crisis política en los Estados Unidos que llevó al cierre parcial del gobierno de esa nación.
Es hasta cierto punto entendible que alguien no recuerde que la teoría de evolución de Charles Darwin se denomina comúnmente como “Selección Natural”, pero que un estudiante preuniversitario a punto de enfrentar las pruebas de ingreso a la Educación Superior, no sepa que la famosa carta de José Martí conocida como su testamento político fue dirigida a su amigo Manuel Mercado, que un adverbio solo puede modificar dentro de la oración a un verbo o a otro adverbio, que la primera carta magna elaborada por representantes de la República en Armas durante la guerra de independencia contra el colonialismo español fue proclamada en Guáimaro, es inconcebible.
Como también lo es, que un santiaguero olvide que la frase “Aquí no se rinde nadie…” se le atribuye al Comandante Juan Almeida Bosque y una persona que aspira a ser periodista desconozca que Esteban Lazo Hernández preside la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Semejantes fisuras ponen en duda la calidad de las clases que reciben los estudiantes en el preuniversitario, la profundidad de los controles parciales y los exámenes finales de las distintas asignaturas, así como el papel de los profesores y la familia en la creación de hábitos de estudio en el alumno.
Para encarar cualquier examen de este tipo, es indispensable que cada alumno preuniversitario conozca los aspectos esenciales de la especialidad, posea un amplio acervo cultural, sea capaz de proyectarse adecuadamente, esgrimir criterios sólidos y demostrar un correcto uso del idioma.
Sin embargo en las siguientes fases de la prueba se comprobó la falta de hábito de lectura, la poca madurez política, la incapacidad de argumentar una idea, el desconocimiento sobre los medios de prensa del territorio y la falta de una adecuada orientación profesional, en no pocos candidatos.
No obstante hubo aspirantes que demostraron poseer talento y vocación por la carrera, los cuales impresionaron por su expresividad, proyección y capacidad interpretativa.
Razones como las expuestas, confirman la pertinencia de la prueba de aptitud de Periodismo, aún cuando estuvo, como tantas otras, en el filo de la navaja. Además, sirven de alerta para que los estudiantes de preuniversitario se preparen mejor de cara a futuros exámenes.

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