El enfrentamiento entre los dos equipos más
ganadores de las Series Nacionales de Béisbol, Santiago de Cuba (ocho títulos)
e Industriales (doce títulos), o si prefiere, por que no, el clásico de la
pelota cubana, dejó muchas lecturas, polémicas y expectativas, para los
seguidores de ambas novenas de cara a la exigente contienda.
Destacado resultó, el quinto triunfo de las
avispas indómitas sobre los leones capitalinos en choques inaugurales, cuando
el domingo inclinaron la balanza a su favor seis carreras por tres, ante una
delirante afición que colmó, como hace mucho tiempo no lo hacía, las gradas del
engalanado Guillermón Moncada. Curiosamente el marcador final, fue el mismo que
en sus dos anteriores enfrentamientos en choques de este tipo.
Otra nota halagüeña fue la reaparición en
el box, del astro Norge Luis Vera Peralta, esta vez para efectuar el primer lanzamiento
de la serie en suelo montañés. El otrora estelar lanzador de los equipos
santiagueros y de la selección nacional, se vio en perfecto estado de salud,
después del accidente automovilístico que casi le costara la vida hace un
tiempo atrás.
Loable resultó también la llegada del
estelar jardinero central indómito Reutilio Hurtado Pimentel, a los 1500 jits
en justas nacionales, convirtiéndose así en el octavo pelotero de esta
provincia que arriba a la significativa cifra.
Otra nota alentadora para ambos planteles fue la actuación de sus serpentineros, sobre todo la de los relevistas. Muy bien se vieron los noveles Ramón Peña y Michel Martínez, por los azules, mientras que por los rojinegros impresionaron Ediasbel Valentín, Jorge Luis Bravo y Ulfrido García, aunque en sentido general todos los pítcher de segunda línea que actuaron en la subserie exhibieron talento y dejaron entrever una posible mejoría de sus planteles en este importante renglón para la presente temporada.
En el plano de lo sobresaliente, también
quedaron las convincentes demostraciones de los abridores Danny Betancourt y Frank
Montieth, quienes disertaron desde el box en sus respectivas apariciones y se
anotaron las primeras victorias de sus equipos en el joven campeonato.
Pero la polémica no estuvo ausente en el
clásico. Pues bien temprano se puso en dudas la decisión tomada por la Comisión
Nacional de Béisbol sobre la utilización del video en los juegos transmitidos
por la televisión.
Resulta que en el cuarto episodio del
segundo desafío, Rudy Reyes conectó un largo batazo pegado a una de las
varillas de los jardines que se convirtió en tubey. Rápidamente el alto mando
santiaguero protestó la dudosa decisión, pero no se pudo recurrir al video
porque la citada
regla solo es aplicable a los juegos transmitidos por la Televisión Nacional.
Sin dudas, obstáculos que siempre aparecen cuando se
trata de ser “parejos” con todos los equipos, pero yo me pregunto ¿las
transmisiones provinciales no se hacen con la misma tecnología que las
nacionales? ¿Cuán pareja puede ser esta decisión si existen equipos en la serie
que apenas son televisados por los canales nacionales?
Creo que aún es tiempo para rectificar, porque lo
cierto es que la tecnología es cada vez más amiga de las disciplinas deportivas
en el mundo, en el afán de minimizar los errores humanos a la hora de decidir.
Y si se tiene ¿por qué no usarla?
Sin dudas lo más preocupante del cotejo fue la ofensiva, pues a ambos planteles les costó mucho producir con hombres en bases y eso pudiera ser una alerta a considerar, porque los juegos de pelota se ganan haciendo carreras. De todas formas se sabe que aún es temprano, las cargas de los entrenamientos deben de ir bajando poco a poco y los que ahora no se han mostrado al cien, deben de ir cogiendo su forma. Esperemos.
Sin dudas lo más preocupante del cotejo fue la ofensiva, pues a ambos planteles les costó mucho producir con hombres en bases y eso pudiera ser una alerta a considerar, porque los juegos de pelota se ganan haciendo carreras. De todas formas se sabe que aún es temprano, las cargas de los entrenamientos deben de ir bajando poco a poco y los que ahora no se han mostrado al cien, deben de ir cogiendo su forma. Esperemos.
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